Me pongo de pie, me vuelvo a sentar, porque a los oficios vamos a jugar. Me pongo de pie, me vuelvo a sentar, porque a los oficios vamos a jugar.
Había una vez un niño carpintero Que golpeaba con martillo a todas horas un tablero Me pongo de pie, me vuelvo a sentar, porque a los oficios vamos a jugar. Me pongo de pie, me vuelvo a sentar, porque a los oficios vamos a jugar. Había una vez un niño peluquero que cortaba con tijeras y peinaba muchos pelos. Me pongo de pie, me vuelvo a sentar, porque a los oficios vamos a jugar. Me pongo de pie, me vuelvo a sentar, porque a los oficios vamos a jugar. Había una vez un niño barrendero que barría las tristezas con escoba y con plumero. Me pongo de pie, me vuelvo a sentar, porque a los oficios vamos a jugar. Me pongo de pie, me vuelvo a sentar, porque a los oficios vamos a jugar. Había una vez un niño camionero transportando toneladas de cariño al mundo entero.
Me pongo de pie, me vuelvo a sentar, porque a los oficios vamos a jugar. Me pongo de pie, me vuelvo a sentar, porque a los oficios vamos a jugar. Había una vez dos niñas costureras Que cosían y bordaban bajo un sol de primavera.
Me pongo de pie, me vuelvo a sentar, porque a los oficios vamos a jugar. Me pongo de pie, me vuelvo a sentar, porque a los oficios vamos a jugar.
Habia una vez tres niñas planchadoras Que entre plancha y almidones se pasaban muchas horas. Me pongo de pie, me vuelvo a sentar, porque a los oficios vamos a jugar. Me pongo de pie, me vuelvo a sentar, porque a los oficios vamos a jugar.
martes, 15 de enero de 2013
ME PONGO DE PIE
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario